El equipo
El grupo de periodistas está integrado por doce estudiantes del Departamento de Comunicación Social. Once son mujeres, uno es un hombre. Todo el grupo está cursando actualmente la segunda mitad de sus carreras.
El grupo ha trabajado de manera voluntaria y sus aportes permitieron la creación del estado del arte, de los talleres sobre periodismo de paz, de los módulos de recetarios, de alfarería y la realización de las historias en colaboración con las personas que participaron en el proyecto.
Periodismo de Paz
Una definición como punto de partida
Entre las variadas definiciones que ofrece la literatura sobre Periodismo de Paz, este proyecto toma como punto de partida el concepto propuesto por Johan Galtung, cuyo planteamiento principal es que el periodismo que usa un encuadre de paz incrementa los chances para la resolución pacífica de conflictos.
Algunos
aprendizajes
La documentación previa al trabajo de campo ayudó a contextualizar al grupo de trabajo, a no llegar al territorio ignorando los hitos principales de la historia de El Salado.
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El contraste entre el testimonio de las personas de El Salado y la narrativa de la prensa (que se identificó a través del trabajo de archivo) permitió tener una mirada holística sobre la construcción de memoria.
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La apertura a encontrar diferentes versiones sobre cómo El Salado reconstruye constantemente su memoria permite enriquecer el conocimiento, en vez de limitarlo. La escucha activa fue clave para entender las diferentes versiones de la historia de El Salado.
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Del proyecto emergieron iniciativas como el análisis del discurso sobre El Salado, los grupos focales sobre Periodismo de Paz y el ejercicio etnográfico y autoetnográfico con quienes participaron de la iniciativa. Los resultados están en proceso; los horizontes para estudios futuros basados en esos datos son alentadores
Posible
impacto
Apenas estamos procesando la importancia de que el grupo de estudiantes haya tenido el privilegio de colaborar en la narración de estas historias. Estas periodistas, quienes están cerca de graduarse, salen del proyecto con un pensamiento crítico más desarrollado. Es un grupo que tiene conciencia de cómo el periodismo ha cubierto nuestro conflicto, un grupo de periodistas sensible al dolor que han dejado nuestras violencias, unas personas íntegras en las que más que certezas inamovibles emergen preguntas profundas, cuyas respuestas son difíciles.
Que quienes van a ejercer el periodismo en el corto plazo tengan esas características no garantiza -por supuesto- que tendremos una sociedad pacífica, pero sí da esperanza saber que viene una generación de reporteras que seguirá pensando la relación entre paz y periodismo.